jueves, 4 de septiembre de 2008

KUBRICK VS. SPIELBERG (II)


Suponía que el tema iba a dar mucho de sí, pero es evidente que me quedaba corto. Lo cierto es que las aportaciones que habéis hecho a raíz de la entrada anterior no tienen desperdicio, y merecen una lectura detenida. Hemos contado además con la presencia de todo un experto en Kubrick, Mr. Christian Aguilera, cuya monografía en castellano sobre el creador de 2001 es mi preferida (y se han escrito unas cuantas); ese comentario de Jan Harlan revela hasta qué punto se trata de dos cineastas que tienen un sustrato común, más allá de sus ostensibles diferencias.

Intentando recapitular sobre todo lo dicho, parece claro que Kubrick es un creador analítico, reflexivo, en tanto Spielberg tiene un ímpetu casi visceral, que contagia energía a todo lo que toca. Desde luego mi intención no era la de proclamar un ganador absoluto. Como ha quedado de manifiesto en vuestras opiniones, los dos son grandes entre los grandes. Si Graciela se autocalifica de mujer fácil por negarse a escoger, yo debo ser también un hombre fácil (por cierto, qué lindo café).

Se trataba, y así ha sido, de escudriñar las razones por las que ambos nos gustan tanto. Es muy interesante lo que apuntan Dr. Jones y Nanna, en lo referente al legado sentimental que Spielberg ha irradiado a varias generaciones. Esa visión del cine es tan respetable y digna de atención como una concepción más sesuda y "solemne". Desde luego me siento plenamente identificado con la misma.

Pero ello no me lleva a menospreciar a Kubrick, de quien sólo echo en falta una filmografía más extensa. Si enumero las grandes películas que filmaron uno y otro, ciertamente en ese apartado estrictamente cuantitativo resulta vencedor Spielberg. Sin embargo, hay obras como Barry Lyndon cuyo valor excede de la unidad.

Parece que todos estamos más o menos de acuerdo en que Amistad es tal vez lo más flojito de Steven (Pablo hace chanza de Hook, que yo no creo tan execrable). De Stanley nadie menciona Espartaco que, probablemente, ha envejecido mal, y ya en su día disgustaba al propio director. Tampoco La chaqueta metálica, cuya primera mitad es excelente y la segunda tediosa e innecesaria (Apocalypse Now se antoja la película definitiva sobre esa contienda).

Celebro sobremanera que Inteligencia Artificial (Artificial Intelligence) cuente con tantos y tan acreditados adeptos en este blog. Es un título que merece una reivindicación urgente.

Un último apunte: sabéis que Kubrick fue antes que director fotógrafo. Creo que en realidad nunca dejó de serlo, y que ese precedente condiciona de modo decisivo su manera de filmar. Si aún no habéis tenido ese placer deberíais echar un vistazo a su labor para la revista Look.
K. tenía ciertamente una mirada singular.